Un manifiesto es una herramienta de concienciación e incluso de ‘lobby’ o presión sobre una causa concreta que es impulsado por un colectivo de personas: una organización, una empresa, una ONG o una fundación. Pone, valga la redundancia, de manifiesto la necesidad de resolución de una problemática o de una demanda latente ante sus públicos objetivos y ante la sociedad en general. En muchos casos, son fundaciones quienes lideran la creación y exposición pública de un manifiesto como parte de su estrategia para crecer, difundir su mensaje, hacerse oír y/o fomentar alianzas.
Las fundaciones, como Oryon Foundation u otras que se plantean usar este instrumento, “tienen o buscan crear un manifiesto porque tienen un propósito, que además quieren compartir, para que tenga más fuerza”, subraya la directora de la Fundación Oryon, Cristina Poole. “Es una carta de intenciones que quiere ejecutarse, y no, por tanto, ser una mera ‘carta a los Reyes Magos’”.
Aunque en el mundo del emprendimiento y del capital riesgo, ya existe algún precedente de Manifiesto, hay muchas razones para que surjan iniciativas similares ante una serie de circunstancias objetivas comunes que hoy padecen los emprendedores. Podemos enumerar los proyectos empresariales emergentes inconclusos o directamente fallidos, las deudas irresolubles que arrastran consigo los emprendedores tras crear una startup, o lo que erróneamente se tilda de ‘fracaso’ y no como lo que es, un aprendizaje empresarial y un ejemplo de resiliencia ante la adversidad.
Segundas oportunidades
Oryon Foundation ha iniciado los primeros pasos para liderar socialmente un llamamiento público para que se promueva, entre otros, la formación en el sector del emprendimiento, para que se relativice claramente la narrativa dominante –y errónea- sobre el fracaso profesional. Aboga además por la lucha contra la exclusión profesional de determinados colectivos, así como el fomento de instrumentos como las incubadoras que alimenten el emprendimiento.
La radiografía, de la que el grupo Oryon es firme partidario, apela también a potenciar España como país emprendedor, a fomentar un ecosistema emprendedor inclusivo y diverso, que no deje a nadie atrás, como los mayores de 50 años o la madres emprendedoras, por citar dos grupos en concreto.
Este manifiesto en el que trabaja la fundación de Oryon Universal apuesta decididamente por una cultura emprendedora de segundas oportunidades y de lucha contra el talento excluido. Dicho de otra manera, es el arma para ver nacer propuestas tangibles, entre ellas, y una de las primordiales, impulsar mejoras en la legislación vigente que permite la condonación de deudas tanto de particulares como, en especial, de empresas emergentes. “Al final un manifiesto te sirve para poner en marcha otras iniciativas. En este caso, creemos que la reforma de la Ley de la Segunda Oportunidad va a ser una de ellas”, anticipa Cristina Poole.
Por otra parte, el manifiesto puede convertirse en un elemento diferenciador de una fundación al promover de manera activa y planificada causas sociales y colectivas inherentes a su actividad, pero que tengan un eco y, a la postre, un respaldo.
Llegar a públicos decisores
Un manifiesto es una herramienta de información que sirve a las organizaciones para llegar a públicos objetivos tales como: grupos de interés de especial relevancia para sus impulsores. La estrategia debe pasar por obtener el mayor eco posible y concienciar a los decisores de una realidad sobre la que una serie de personas tiene conocimiento, perspectiva y experiencia. Hablamos de líderes de opinión o personas influyentes, y que les puede servir a quienes de verdad toman las decisiones y las ponen en marcha, para orientarlas de manera adecuada.
Un ejemplo concreto que recuerda la directora de Oryon Foundation fue el ‘Manifiesto Transforma España’, impulsado originariamente por la fundación EVERIS (ahora NTT Data). Un proyecto para animar y encauzar la necesaria reflexión colectiva para la Transformación de España, en la crisis financiera e inmobiliaria del 2008. Se plantearon ocho actuaciones, siendo la más importante la llamada “Nueva Sociedad y mercado del Talento”, una iniciativa para mejorar la gestación y la puesta en valor del talento en España cuya activación contó con un nuevo informe Transforma Talento. Una de esas primeras causas relevantes era la educación, y de ahí se consiguió hacer un segundo trabajo sobre el talento en España, un informe que luego se volvió a presentar con medidas concretas por parte de las administraciones públicas”, recuerda esta misma interlocutora.
Manifiesto y la RSC de una organización
Un manifiesto puede, en un momento dado, ser un pilar de las relaciones institucionales de una empresa o fundación, en estrecha coordinación con las políticas de comunicación y, especialmente, de Responsabilidad Social Corporativa de la propia organización. “Como elemento de RSC, apoyar un manifiesto que tenga que ver con el sector en el que tú trabajas es una buena herramienta de Responsabilidad Social Corporativa. Y cuando es una buena herramienta de RSC también lo es de Relaciones Institucionales”, asegura Cristina Poole desde su experiencia anterior como responsable de esas áreas en Abengoa, o en fundaciones como la Ortega y Gasset-Gregorio Marañón
En este sentido, Oryon Universal, a través su fundación, está impulsando un manifiesto por una cultura emprendedora de segunda oportunidad y de lucha contra el talento excluido, y que verá la luz próximamente, para intentar que otras organizaciones o empresarios individuales se una a su propósito de recuperar talento en exclusión profesional a través del emprendimiento.
Derivada legal
¿Qué consecuencias legales tendría la publicación de un manifiesto, fuese cual fuese, si consiguiera muchas adhesiones? Desde un punto de vista jurídico, el documento en sí mismo y sus enunciados no connota mayores consecuencias, pero sí el hipotético resultado de un respaldo popular mayúsculo
Por ejemplo, las Iniciativas Legislativas Populares, aunque no tienen porqué ser per se un manifiesto como tal, constituyen un procedimiento de participación directa de los ciudadanos en la producción normativa mediante la presentación de 500.000 firmas. Pero mirémoslo al revés: un manifiesto sí puede convertirse en una petición para convertirse en una iniciativa legislativa popular. “Es una buena posibilidad a tener en cuenta, como que este manifiesto en el que estamos trabajando lleva una petición de reforma de la Ley de Segunda Oportunidad, y si realmente consigue una gran adhesión y que sea fuertemente apoyado a nivel popular, se puede presentar como una causa popular para la reforma de la Ley de la Segunda Oportunidad”, razona la directora de Oryon Foundation.
Finalmente, recordar que existen fórmulas de todo tipo para impulsar un manifiesto y lograr el máximo número de adhesiones. Siempre que hablamos de manifiestos públicos, nos viene a la cabeza por antonomasia el nombre de Change.org, que tiene su propia plataforma de firmas, y un llamamiento común denominador del tipo: ‘únete a este manifiesto’, o ‘únete a esta causa’.
Valor social diferencial en el capital riesgo
Con propósitos parecidos se encuentra el manifiesto que puede llevar a cabo una Fundación, entendido como una herramienta de visibilidad y que, por si fuera poco, puede ser un valor diferencial en un mundo como el del capital riesgo. Es un caso especial en el mundo de los fondos de inversión del mercado que haya un fondo con un propósito y su propia fundación. También que una firma de capital riesgo esté comprometida en trabajar por la exclusión profesional a través del emprendimiento, “y mucho menos con el emprendedor hasta ese punto de buscar otras alternativas en el caso de que su startup no tenga todos los elementos idóneos para ser un proyecto invertible”, argumenta por su parte la directora de Comunicación de Oryon Universal y de Oryon Foundation, Aitana Méndez.
Y es en ese compromiso social, de donde deriva la posibilidad de articular un manifiesto como el que impulsa Oryon Universal y su Fundación, ya está esbozado y está cumpliendo sus primeros prolegómenos de andadura.
